Hablar del rock de Medellín y su actualidad no es tan fácil, entendiendo que hay diversas percepciones de él y su escena cultural y musical.
Pero bueno, hablemos un poco, ¿Por qué respira?
La respuesta a esta pregunta la podemos responder fácilmente los que constantemente vivimos el rock, vivimos sus espacios, sus parches, compartimos sus temáticas y trabajamos en sus problemáticas; a los que decidimos y nos interesa vivirlo como un estilo de vida, como una identidad, como una parte esencial de nuestro diario acontecer…
¿Pero si hay rock en la ciudad?
Mi respuesta inmediata sería, ¡Pero claro! ¡Está presente! ¡Esta vivo! … Pero por supuesto, hay diferentes opiniones dependiendo de a quién se le pregunte…
Mencionemos por ejemplo a los que disfrutaron del rock hasta más o menos el año 2000… Ellos vivieron una etapa muy importante de la escena de Medellín, con grandes bandas reconocidas por todos, y pilares de lo que es hoy nuestro rock; pero, por diferentes razones se alejaron y no siguieron compartiendo los espacios rockeros, ni informándose de cómo continuaban los proyectos musicales, ni cómo ni el por qué se gestaban las nuevas propuestas emergentes, y ésos sonidos que definirían nuestra actual escena.
Del año 2000 al día de hoy ya van ¡17 años! … Si ellos no vivieron la escena rockera en éstas últimas dos décadas, de ahí vienen las respuestas facilistas y pesimistas de algunos sobre la realidad del rock de la ciudad, marcadas implícitamente por el desconocimiento…
El rock de Medellín está fuerte desde sus mismos actores que lo hacen visible, los gestores que hacen pequeños toques en sus barrios, los músicos que convocan a clases con instrumentos característicos de la música rock, los talleres, los conversatorios, los festivales autogestionados; todo esto hace parte de la comunidad que hace posible que este género siga presente y resista en nuestros circuitos musicales.
El rock en nuestra ciudad no es sólo el rock como lo conocemos, está definido también por sus diferentes tendencias que lo hacen muy amplio en sus distintas sonoridades, el Metal, el Punk, el Hardcore, el Ska, y los subgéneros de estos géneros, son un ejemplo de ellas; de la real expresión en el contexto sobre la definición de la música que lo describe actualmente.
En este 2017 no podemos desconocer las problemáticas que nos afectan a todos, los festivales que no pudieron hacerse por los recortes presupuestales en cultura, los nuevos requisitos en el código de policía que impiden fácilmente la realización de eventos, todos los requisitos y sus altos costos para poder hacer eventos en espacios al aire libre, los tres años que lleva cerrado el teatro Carlos Vieco, en fin…
La invitación es a escuchar a las bandas en sus sitios de reproducción de su música, ver sus vídeos, aportarles con críticas constructivas, ir a sus conciertos y festivales, participar de los eventos concernientes a la música e incluir al rock en ellos; y hacer el ejercicio de dar a conocer a las nuevas generaciones nuestra música.
Por último es necesario hacerle un llamado a la administración municipal sobre los gestores culturales de la música rock que hay en la ciudad, sobre su representatividad y su importante labor, de tener en cuenta su participación y opinión en los proyectos musicales de ciudad donde interviene la cultura del rock; es un tema de extremada importancia, ya que estos gestores son los principales dolientes y conocedores de este sector musical y cultural.
Escrito por:
Bladimir Herrera
Comunicador Musical
Gestor Cultural
Consejo de Música de Medellín, representante por Rock.